El llamado telefónico encuentra a Salvador Di Stéfano en alguna ruta argentina, en medio del campo, un sector que conoce con pelos y señales. Tres décadas de experiencia y una cartera con más de 300 empresas asesoradas le permiten al economista tener el ojo entrenado. En pocas palabras, sabe lo que se viene.
Por lo pronto, no lo sorprende que el Gobierno despliegue todo su arsenal de recursos para rascar algún dólar del fondo de la olla. Quienes están codo a codo con el sector agropecuario ya sabían que la sequía iba a hacer estragos, tanto entre los productores como en las arcas fiscales.
La onda telefónica va y viene. La voz de Di Stéfano habla de una Argentina que, necesariamente, deberá ordenarse para volver a crecer. Y en ese movimiento habrá zozobra. “El presidente que no haga el ajuste, a lo mejor no termina el mandato”, enfatiza.
RESERVAS
– Hay un goteo diario de reservas que, en promedio, ronda los u$s 100 millones. ¿Cómo cree que continuará la situación?
– El goteo diario de reservas era inevitable. Todavía no ingresaron los u$s 5.300 millones del Fondo Monetario Internacional. Eso le va a dar algo de aire a las reservas. Eso claramente era inevitable porque la sequía fue muy grande y el gobierno no iba a tener dólares.
-¿Se subestimó el impacto de la sequía?
– Absolutamente. Se sigue subestimando. Aquí de lo que no se habla es de las fábricas cuando no tengan soja. Si no hay soja uno se hace la pregunta de qué va a pasar con las fábricas en el segundo semestre cuando no tengan materia prima para trabajar. Los problemas son más crecientes de lo que uno cree. Por otro lado, por cada dólar de la balanza comercial que genera el campo, 0,90 se los lleva la industria para comprar insumos. Porque así como hay una balanza comercial positiva por el campo, hay una balanza comercial negativa por la industria. Nadie se puso a pensar que si el campo trae menos dólares se podrán comprar menos insumos.
– De ahí a la caída de la actividad económica y la recesión hay un paso.
– Eso va a ser caída de la actividad. Nosotros creemos que a partir de ahora entramos en un escenario de recesión con inflación. Así como está la estanflación, que es estancamiento con inflación, ahora tenemos receinflación, que es recesión con inflación.
– El manual dice que cuando hay una recesión severa la inflación comienza a bajar porque cae el consumo. ¿Puede ocurrir esto?
– Está bien, pero este es un caso especial. El Gobierno se empeña en que, a pesar de que el consumo es bajo, la inflación sea alta. En estos días estamos hablando de la posibilidad de sacar un Dólar Agro. Si sale un Dólar Agro se van a encarecer todos los insumos de la cadena de agregado de valor de la industria y el resto de la economía. Si le ponen un dólar diferencial al maíz, aumenta la carne en todas sus versiones, y afectaría también al tambo, incrementando el precio de la leche.
– ¿Tiene base sólida esa posibilidad?
-Yo creo que sí, porque sino la pregunta es de qué forma va a conseguir el Gobierno los dólares para salir de este momento difícil que está atravesando hoy.
– También se habla del Dólar Malbec para las economías regionales. ¿Puede aportar algo?
– Creo que eso es un gran aporte a la confusión general. Vamos a tener un dólar de vinos, un dólar de aceitunas, un dólar arroz, un dólar maní, un dólar soja. Por eso creo que están apuntando a un Dólar Agro, así en lugar de hacer un gran y variado papelón, hacen un papelón solo nomás.
– Cuando en diciembre asuma un nuevo gobierno, ¿el ordenamiento de la economía va a generar inevitablemente una zozobra?
– Eso va a ser en diciembre. El Gobierno que viene lo que va a tener que hacer es trabajar en tres frentes: social, fiscal y de crecimiento. Si no se trabaja en forma hilvanada y sistematizada los tres frentes al mismo tiempo, tendremos un problema tremendo. Hay que tener un dólar comercial más elevado porque deberán empezar a trabajar con un nuevo plan económico. Personalmente creo que gane quien gane tiene que trabajar con un plan económico que tenga un dólar alto y equilibrio presupuestario. Y un fuerte incentivo para que la gente invierta y poder generar empleo.
– Generar un clima económico como aquel que tuvimos a partir del 2003
– Exactamente. Acá hay que plantearse lo siguiente: no hay macro sin micro y no hay micro sin macro. Tendrán que hacer un ajuste, les guste o no les guste, porque hay que lograr el equilibrio presupuestario para tener menos emisión monetaria y menos inflación. Eso debe venir acompañado de un plan de incentivos a las inversiones para que se genere empleo y no sea alto el impacto social. Lo que pasa es que estamos tan mal económicamente que al próximo gobierno tienen que darle un tiempo para que tome medidas y eso genere resultados. Ese tiempo deberían ser seis meses. El problema es que la Argentina hace un año atrás que ya no tiene tiempo.
– Como suele escucharse en esta incipiente campaña electoral: ya no hay 100 días sino 100 horas. ¿Es así?
– Eso lo venimos diciendo nosotros hace tiempo. El próximo presidente de la Nación tendrá que hacer todo lo que deba hacer en las primeras 100 horas y marcar la cancha del ajuste. El presidente que venga y no haga el ajuste, a lo mejor no termina el mandato.
EL CEPO
-Con respecto a la salida del cepo cambiario, hay varias miradas. Luciano Laspina, del equipo económico de Patricia Bullrich, asegura que hay que salir de un día para el otro. Hernán Lacunza, referente económico de Horacio Rodríguez Larreta, dice que debe ser paso a paso. ¿Qué opina?
– Mi posición al respecto es que cuando uno tiene un problema lo tiene que resolver. Pero cuando se tiene un problema que no se puede resolver, hay que gerenciarlo. Hoy el problema del tipo de cambio no se puede resolver, no se puede ir a un tipo de cambio único. ¿Por qué? Porque eso generaría un impacto en lo social muy grande. Con lo cual lo que deberían hacer es blanquear este problema y tener un dólar comercial y un dólar financiero o turístico, como quieran llamarlo, y tratar de gerenciarlo dentro de los bancos. Tener claramente un dólar financiero. Basta de 18 dólares distintos. Basta del dólar Qatar, dólar turismo, dólar Frank Sinatra… Hay que blanquear y tener dos dólares. Entonces mañana una persona quiere comprar dólares, va y compra el financiero. ¿Quiere exportar? Exporta por el comercial. Y como van a ser dos mercados libres, en algún momento y si hay confianza en el Gobierno, ese dólar se va a unificar. Pero lo va a hacer el mercado, no lo va a hacer el Estado.
– Cada vez que estamos en una situación cambiaria crítica aparece la carpeta con el proyecto de la dolarización. ¿Qué lectura hace de ese esquema?
-La dolarización no es un punto de partida. Lo que el país hoy pide a gritos es orden y un mejor gerenciamiento de las cuentas públicas. Cuando yo tenga orden, mejor gerenciamiento de las cuentas públicas y el país esté en crecimiento, y honremos la deuda en tiempo en forma, entonces podemos conversar si queremos dolarizar o tener euros. Pero primero hay que ordenar.
DEPOSITOS
– Hace unos días Patricia Bullrich, precandidata por Juntos por el Cambio, y Mauricio Macri aseguraron que posiblemente el próximo gobierno tenga que utilizar los depósitos en dólares para financiarse. ¿Es una declaración prudente en este momento?
-A mí me parece irresponsable usar los dólares de los depósitos porque los dólares de los depósitos son de los depositantes.
-Se lo pregunto porque declaraciones de semejante calibre podrían ser el puntapié inicial de una corrida bancaria.
-Los bancos son como las mujeres, los caballeros no debemos tener memoria. Tratemos de no hablar de los bancos. Los bancos están regulados por el sistema financiero y están calificados por importantes empresas. Yo no tengo nada que hablar de los bancos, pero si tuviera que hacerlo debo decir que tienen depósitos en dólares por casi u$s 19.000 millones totales, y que esos dólares están respaldados porque hay dólares guardados en el Banco Central. Mientras yo vea que los dólares están guardados en el Banco Central, y la entidad está auditada, y los bancos tienen u$s 4.000 millones en efectivo en sus arcas, me parece que no hay ninguna posibilidad de correr riesgos.
-La Cámara de Diputados aprobó el Monotributo Tecnológico para que los dólares generados por el sector servicios se queden en el país. ¿Sirve este mecanismo?
-Todo lo que sea allanarle el camino a la gente para que pueda dejar las divisas en el país, es bueno. Ahora el problema es que la gente lo que quiere tener no es una ley que le allane el camino para traer los dólares, lo que quieren tener es un negocio. Hoy el campo tiene sequía, viene el Gobierno y le dice: te ofrezco un crédito. Si a un tipo lo despiden y voy yo y le ofrezco un crédito. ¿Qué va a decirme? “Salvador, yo necesito un trabajo”. Con el campo pasa lo mismo. La gente del campo necesita un negocio. Este negocio de la soja con desdoblamiento cambiario y retenciones no va más.
El chico que está haciendo tecnología y trae los dólares al país, ¿qué necesita? Necesita un negocio. Si le dejan entrar los dólares en forma libre y todo eso, pero después lo agarra el Estado y lo liquida con impuestos, el chico tampoco va a traer los dólares. Argentina necesita una política de Estado para hacer un negocio. Nosotros hoy no tenemos ningún negocio. Los precios locales son distintos a los internacionales. Argentina es un país como Narnia, acá se abre una puerta y todo es distinto. El petróleo cuesta distinto que en el mundo, el gas cuesta distinto que en el mundo, el trigo cuesta distinto que en el mundo. Si un empresario está en el mundo y hace soja, y Argentina es un gran país para hacer soja, pero se entera que acá la soja vale un 33% menos, no viene. ¿Cómo se generan los crecimientos del PBI y de la actividad? Cuando hay inversión. Esto no se genera por el Espíritu Santo. Acá viene el kirchnerismo y dice que hay que distribuir para que haya inversión, y en verdad está equivocado. Hay que alterar el orden: invertir para luego dar las mejoras salariales. Los mercados se desarrollan con más inversión no con más sueldos, sin mejora de la competitividad o de la productividad.
FUENTE : LA PRENSA