Boca le ganó a Colo Colo en Chile y va al Monumental en estado de gracia

Boca está mejor. Mucho mejor que hace un mes atrás. Es indudable. Justo en la previa del Superclásico (el domingo se las verá con River, el líder del torneo local, en el Monumental) comenzó a tomar aire. La llegada de Jorge Almirón, después de un par de golpes, parece haber acomodado al equipo y las caras son otras por la Ribera. El 2-0 sobre Colo Colo en Chile por la Copa Libertadores lo coloca en el lugar que estaba buscando hace rato.

Una de las grandes variantes que ensayó Almirón y le dio frutos enseguida, fue la posición de Advíncula. El DT vio algo que otros no veían en el peruano. Lo ubicó en la mitad de la cancha y el moreno la está rompiendo. Esta vez abrió el marcador con un golazo de zurda, desde fuera del área, cuando la mano parecía complicada para el Xeneize.

Desde allí todo se le simplificó al elenco argentino que ahora pisa fuerte en la Libertadores. Colo Colo, perdido en sus limitaciones, manejó un poco más la pelota pero sin ideas. Y apenas pudo inquietar en una o dos acciones al bueno de Chiquito Romero en el primer tiempo.

Incluso, Boca estuvo más cerca del segundo que Colo Colo del empate en esa etapa. Una muestra clara fue el mano a mano que perdió Vázquez y ganó el arquero De Paul.

Tras el descanso, Boca se acomodó para hacer su mejor partido. Inteligente, trabajado. Bien copero. El local se desesperó en su ahínco por ir contra el arco de Chiquito y el visitante sufrió un rato, sobre todo cuando perdió la mitad de la cancha.

Pero los de Almirón pasaron el temblor, siguieron concentrados y les ganaron el duelo mental a sus rivales. Vázquez volvió a errar el segundo pero, antes de dejar la cancha para que lo reemplace Merentiel, robó una pelota presionando bien arriba y le sirvió el gol a Villa, quien no perdonó a De Paul.

El 2-0 fue demasiado para Colo Colo que nunca pudo encontrarle la vuelta al partido y ya le apunta al segundo puesto en el grupo si es que pretende avanzar en la Copa.

Boca, mientras, sigue subiendo en las tablas y en su autoestima. Justo lo que necesitaba en la previa del Superclásico. Sus hinchas pasaron de la desolación a la ilusón. Un nuevo Boca parece estar en marcha.