San Lorenzo le ganó a Boca en el estreno de Almirón como DT xeneize

Fue largo el festejo en Boedo. Los clásicos se celebran más. Y pese a que San Lorenzo estiró su notable racha, le ganó 1-0 a Boca y quedó a un punto de River en la tabla (el Millonario jugará mañana contra Gimnasia), la noticia se dividió en dos: ocurre que en el conjunto xeneize debutó como DT Jorge Almirón. Y poco pudo hacer…

En un partido más hablado y luchado que jugado, San Lorenzo ganó merecidamente porque golpeó con el gol antes de los 10 minutos y luego, con mucha actitud e intensidad, disputó cada pelota hasta llevarse los tres puntos.

Sin dudas que el comienzo de Almirón no fue el deseado, porque perdió por un gol en contra, se lesionó Bruno Valdez en la misma acción (desgarro) y fue expulsado Nicolás Figal. Con todo eso, el equipo trató de buscar una línea de juego, pero fue avasallado por la intensidad del local.

Almirón, con apenas dos días en el club de la Ribera, tiene un punto común con su predecesor en la estadística, ya que Hugo Ibarra debutó el año pasado ante San Lorenzo y perdió 2-1. Y al exDT de Lanús le tocó caer derrotado ante el mismo rival. Las coincidencias se repiten: ambos encuentros se jugaron en el Bajo Flores.

El partido fue de discreto para abajo y San Lorenzo se encontró con el gol de entrada con un pelotazo largo de Rafael Pérez que el paraguayo Valdez fue a buscar y sufrió esa lesión muscular, la ganó Iván Leguizamón, que se fue solo y pateó, pero la pelota le pegó a Pol Fernández, se desvió y se le metió en el primer palo a Chiquito Romero.

Boca tuvo situaciones pero las definió muy mal. Y San Lorenzo encontró con espacios. Leguizamón, Malcom Braida y Nahuel Barrios se movieron con inteligencia y llevaron a su equipo al triunfo. El Perrito Barrios fue la figura de San Lorenzo pero la realidad es que San Lorenzo vivió el partido como un clásico, mientras que para Boca pareció un partido más.

Y, sin jugar del todo bien, el Ciclón tuvo energía, mientras que su rival no logró encontrar la pelota en la mitad de la cancha. Se hizo expulsar Figal por golpear infantilmente a un rival y el duelo fue de los de Insua. El epílogo fue para los hinchas locales, que se fueron celebrando que la paternidad sobre Boca sigue intacta.