Alcaraz le ganó otra vez la final de Wimbledon a Djokovic y sumó su cuarto título de Grand Slam
El tenista español Carlos Alcaraz (3°) jugó un partidazo y pasó por arriba al serbio Novak Djokovic (2°) para ganarle la final de Wimbledon y obtener su cuarto título de Grand Slam.
El joven español, de solo 21 años, se impuso por 6-2, 6-2 y 7-6 (4) tras 2 horas y 27 minutos de juego.
Alcaraz transformó su papel de promesa en el de favorito para esta edición, pero no se esperaba que agregara la etiqueta de monstruo, de devorador de títulos. Porque el español no solo venció a Djokovic, algo que han logrado varios en la historia, consiguió reducirle hasta el mínimo, borrarlo de la cancha, a propinarle una de las mayores palizas de su carrera. Y lo hizo con una sencillez que asusta a cualquiera que pretenda ser su rival en los próximos años.
El primer juego de la final de este domingo se alargó catorce minutos y parecía que iba a ser una final maratónica, pero finalmente fue todo lo contrario.
Alcaraz necesitó de un cuarto de hora y cinco bolas de ‘break’ para doblar por primera vez el saque del serbio, pero a partir de ahí no frenó.
El español era un espectáculo con precisos drops, contradrops, contraataques y dominio. Djokovic tocaba la pelota muy limpia y era capaz de dirigirla, pero Alcaraz siempre la devolvía fuerte y mejor. Y lo más sorprendente es la calma con la que lo hacía. Con medio partido, 6-2 y 1-0 a favor, el español se paseaba por su lado de la pista jugueteando con la pelota y pensando cuál sería el siguiente truco con el que desesperaría al campeón de 24 Grand Slams, el hombre que quería el récord de ocho Wimbledon de Roger Federer y que se topó con Alcaraz defendiendo el legado de su ídolo.
Djokovic, mientras se le escapaban los juegos como en la final de Roland Garros 2020 contra Nadal, requería de un estímulo externo para despertar, un grito desde la grada, un enfado al que agarrarse, pero solo podía pagar su rabia contra la red y contra lo que él pensaba que era mala suerte y en realidad era el impoluto juego del español.
Con 6-2 y 6-2, miraba al cielo, extenuado, y pidiendo una ayuda divina con la que escapar una vez más. El tenista más “Houdini” de todos ya sabía lo que era levantar dos sets en contra en una final de Grand Slam, pero fue en 2021, en Roland Garros y contra el endeble Stefanos Tsitsipas.
Djokovic rozó la reacción cuando en el sexto juego del tercer set, dispuso de su primer punto de quiebre desde el primer parcial y Alcaraz, que la salvó con un servicio casi ganador, desactivó cuatro iguales en su momento de más apuro.
Los gritos de “¡Nole, Nole!” no tardaron en ser desplazados por los de “¡Carlos, Carlos!” y ni siquiera los sarcásticos “Come on England” desestabilizaron a un Alcaraz lanzado hacia el triunfo, hasta que llegó al abismo que supone sacar para Wimbledon contra Djokovic.
Alcaraz se puso 40-0 con su saque, tres puntos de partido. En un festival de golpes a la red y errores, y un inoportuno cántico de un aficionado de “Campeones, campeones”, Alcaraz perdió los cinco puntos siguientes.
El tercer set se fue hasta el ‘tie break’ y ahí Alcaraz demostró que, pese a los nervios, estaba en su día.
Con 5-4 arriba en el desempate, a dos puntos de la victoria, Alcaraz rompió a Djokovic con un drop primero y no dejó que los nervios le atenazaran con el quinto punto de partido. El resto al segundo saque se quedó en la red y Alcaraz tiró la raqueta y se giró hacia su banquillo.
Fuente. La Prensa