Argentina no despegó en Houston pero las manos del Dibu Martínez le dieron el pasaje a la semifinal
Si bien la Selección se encontró con el 1 a 0 gracias a un cabezazo de Lisandro Martínez, Ecuador fue superior durante todo el partido. El Tri tuvo su recompensa cuando Kevin Rodríguez igualó en el minuto 93. En los penales el Dibu volvió a ser clave y atajó los dos primeros tiros, luego de que Lionel Messi fallara su ejecución. La definición fue 4 a 2 para el elenco nacional.
En momentos en que Lionel Messi y Argentina sufrían como nunca, Emiliano Martínez volvió a erigirse como la figura salvadora.
El arquero argentino tapó dos veces en una tanda de penales -que arrancó torcida por un disparo errado de Messi- y la campeona defensora Argentina se instaló el jueves en las semifinales de la Copa América con una victoria 4-2 sobre Ecuador desde los 12 pasos.
Ecuador forzó los penales con el gol de Kevin Rodríguez en los descuentos y palpitó dar el batacazo en el NRG Stadium cuando Messi estrelló su remate en el travesaño al abrir la tanda — sin tiempo extra de por medio.
Notable en la final de la Copa del Mundo que Argentina conquistó hace año y medio en Qatar, la figura intimidante del “Dibu” rescató la noche para Argentina al tapar los disparos de Angel Mena y Alan Minda.
Los siguientes rematadores argentinos no perdonaron: Julián Álvarez, Alexis Mac Allister, Gonzalo Montiel y Nicolás Otamendi.
Argentina viajará a Nueva Jersey para disputar las semifinales con el vencedor del duelo entre Venezuela y Canadá, que se disputará el viernes en Arlington, Texas.
Durante el encuentro, los ecuatorianos fueron superiores a los campeones del mundo. Tuvieron sus chances -Enner Valencia falló un penal en el segundo tiempo- y sofocaron los pocos intentos de la Selección para generar juego colectivo.
La diferencia física también fue un factod determinante, ya que el Tricolor se mostró más entero y con más oxígeno durante los 100 minutos de juego.
Argentina espera ahora al ganador de Venezuela y Canadá, que se enfrentarán este viernes en Dallas.
Fuente: La Prensa