Defensa hizo justicia con su historia contemporánea y está en otra semifinal de Sudamericana
Defensa y Justicia volvió a hacer historia para sí y para el fútbol argentino al alcanzar, como hace dos años, una nueva semifinal de Copa Sudamericana, en esta ocasión tras superar por 2 a 1 esta noche en cancha de Banfield al sólido puntero del Brasileirao, Botafogo, de Río de Janeiro, sacando partido del 1-1 registrado en el encuentro de ida.
Defensa y Justicia demostró, por si hiciera falta una vez más, que es uno de los mejores equipos argentinos del último lustro, dando la talla nada menos que ante el cómodo puntero del Brasileirao, Botafogo, que en 21 jornadas le sacó nada menos que 11 puntos a su escolta, el poderoso Palmeiras.
Y de hecho, el conjunto de Florencio Varela, que hoy fue local en cancha de Banfield, es el último equipo argentino en ganar un título internacional en ese lapso, después de obtener justamente la Copa Sudamericana 2021 y la Recopa Sudamericana de ese mismo año nada menos que ante el campeón de la Libertadores, Palmeiras, y en Brasil.
Pero además en el plano local fue siempre protagonista en este tiempo, porque sistemáticamente se le fue desmembrando el plantel al final de cada temporada y supo reciclarse a partir de una gran conducción dirigencial, que fue contratando entrenadores enrolados siempre en una misma línea de juego, la del fútbol pulcro y ofensivo.
Y así fue construyendo campañas que en lo concreto fueron, y lo siguen siendo, las envidia de muchos grandes del fútbol argentino que vienen de frustración en frustración en el plano internacional.
Pero lo más destacable para el club de Florencio Varela, es que el proyecto sobrevive en el tiempo, apoyado además por una infraestructura magnífica como la de su predio de la localidad de Bosques.
Quizá la asignatura pendiente sea la de engrandecer el estadio para que su numerosa hinchada no deba trasladarse a escenarios cercanos del sur del Gran Buenos Aires ahora que las instancias importantes de la competencia internacional lo tienen como protagonista frecuente.
Sin embargo hoy eso no pareció afectarle ni al equipo dirigido por Julio Vaccari ni a su gente, que colmó tres costados de la cancha banfileña, mientras que una cabecera fue para la hinchada de Botafogo.
Y la postura de Defensa y Justicia fue la de siempre, después del 1-1 de la ida, buscando la victoria desde el arranque mismo del encuentro, tal como sucediera ayer con Estudiantes en La Plata ante Corinthians, aunque a diferencia del “Pincha”, para el “Halcón” hoy tuvo final feliz en esta misma instancia de cuartos de final de Sudamericana.
Es que prematuramente Defensa y Justicia alcanzó el primer objetivo que era quebrar el cero cuando a los 15 minutos Gastón Togni “corajeó” por izquierda y lanzó un centro al medio del área chica que Nicolás Fernández conectó al gol de cabeza.
Pero esto no significó que los locales bajaran el ritmo ni mucho menos, sino que como llegaron allí se siguieron sosteniendo en pos de otra conquista que encaminara la victoria, algo que mereció hasta el final de la etapa por dominio y acciones de riesgo malogradas.
Sin embargo, en una jugada fuera de ese contexto la defensa del conjunto argentino generó una falta cerca del área del ex Banfield, Enrique Bologna, y el consecuente tiro libre de Lucas Fernandes encontró una floja respuesta del arquero, cuyo flojo rechazo dio en el poste, le pegó en la espalda, y cuando la pelota se metía Julián Malatini pareció rechazarla sobre la línea, aunque el VAR corroboró que ya estaba adentro.
Por ello Defensa y Justicia, que ya apenas jugados una decena de minutos del primer tiempo había perdido por lesión a Kevin Gutiérrez, y en el descuento vio como injustamente el “Fogao” le empataba, salió en el complemento a despejar fantasmas con la misma convicción del arranque.
Y salvo algunos esporádicos y muy breves pasajes de esos 45 minutos finales, Defensa y Justicia siempre apretó el acelerador cerca del área defendida por el arquero paraguayo Roberto “Gatito” Fernández, hijo del “Gato” Fernández, ícono entre los guardavallas de su país.
Hasta que apenas superados los 25 minutos fue otro ex Banfield, el enmascarado Alexis Soto (debió utilizar protección por tener fracturado el tabique nasal), quien lanzó otro preciso centro desde la izquierda que le cayó nuevamente en la frente a “Uvita” Fernández, quien con los ojos bien abiertos derrotó por segunda vez a su tocayo paraguayo.
Y en los 20 minutos posteriores Defensa y Justicia no pasó sobresaltos, superando ampliamente a su rival y poniendo además en tela de juicio el nivel actual del fútbol brasileño, teniendo en cuenta que justamente hoy en día Botafogo es el mejor equipo de su país, según lo indican claramente los números y las estadísticas.
Ahora, para conocer a su rival de semifinales, Defensa y Justicia deberá esperar hasta mañana por la noche cuando en el estadio Morumbí su propietario, San Pablo, reciba desde las 19 al ecuatoriano Liga de Quito del entrenador argentino Luis Zubeldía, que en la ida se impuso como local por 2 a 1.
LA SÍNTESIS
Defensa y Justicia 2 – Botafogo 1
Defensa: Enrique Bologna; Agustín SantAnna, Julian Malatini, Tomás Cardona, Alexis Soto; Nicolás Tripicchio, Kevin Gutiérrez, David Barbona, Julián López; Gastón Togni, Nicolás Fernández. DT: Julio Vaccari.
Botafogo: Roberto Fernández; Leonel Di Plácido, Philipe Sampaio, Víctor Cuesta, Fernando Marçal; Danilo, Marlon Freitas, Tche Tche, Lucas Fernandes; Luis Henrique, Diego Costa. DT: Bruno Miguel Silva do Nascimento.
Incidencias
Primer tiempo: 11m Santiago Solari por K. Gutiérrez (D); 15m gol de N. Fernández (D); 48m gol de Bologna (D), en contra. Segundo tiempo: Mateo Ponte por Di Plácido (B); 15m Gabriel Pires por Freitas (B), 15m Matías Segovia por Danilo (B); 26m gol de N. Fernández (D); 29m Janderson por Lucas Fernandes (B); 40m Gabriel Alaniz por Togni (D); 40m Carlos Alberto por Henrique (B); 45m Lucas Pratto por Barbona (D); 45m Darío Cáceres por Solari (DJ); 45m Santiago Ramos Mingo por N. Fernández (DJ).
Amonestados: Soto (D); Costa (B).
Cancha: Banfield (local Defensa). Árbitro: Jhon Ospina, de Colombia.
Fuente: La Prensa