Ya lo decía Diego
“El jugador de fútbol es la base esencial de este deporte y, a partir de esta concepción, es como se debe pensar y organizar la práctica del mismo”. Diego Maradona, serio y de impecable traje, leía un comunicado con el cual ponía la piedra basal del Asociación Internacional de Futbolistas Profesionales (AIFP). Su idea, y la de los futbolistas que lo apoyaron, era la de combatir las arbitrariedades que, a juzgar por los profesionales, imponía la Federación Internacional del Fútbol Asociado (FIFA).
Diego, ideólogo, presidente y fundador del gremio naciente, tomó la palabra ese 18 de septiembre de 1995, en París, y se puso al frente de un seleccionado de deportistas tan talentosos como rebeldes, que apoyaron la causa. Estaban a su lado las leyendas de entonces, los mejores: Eric Cantoná, Gianluca Vialli, Ruud Gullit, Gianfranco Zola, Rai, Alfredo Di Stefano, Hristo Stoitchkov, Bebeto, Iván Zamorano y George Weah, entre otros.
Se trataba, nada manos, de una organización sindical que impulsaba Maradona, hastiado de pelear contra el establishment de la pelota, pero aseguraba, extrañamente, intentando hallar diplomacia en sus dichos, que los jugadores no querían combatir a la FIFA ni pelearse con nadie. Lo que pedían, simplemente, era que se los escuchara, puesto que se consideraban los principales protagonistas del negocio y casi no se los tenía en cuenta a la hora de las decisiones.
La idea, como muchas que tuvo el astro desaparecido, fue genial (otras, no tanto). Pero, con el paso del tiempo y el poder del dinero, la propuesta fue sucumbiendo a los deseos de los más poderosos. Y un día, más allá de pensar en los futbolistas como la gallina de los huevos de oro del negocio-fútbol-pasión (en ese orden), la FIFA (y la AFA y la mayoría de las entidades que rigen el deporte) terminó por olvidarse los players.
Hoy por hoy existe FIFPro (football players worldwide), “el sindicato que une la voz de los profesionales para garantizar que estén representados a nivel internacional en las decisiones que afectan a sus entornos de trabajo”. Así lo explican sus creadores en la página web que diseñaron donde, además, cuentan que representan a jugadores de todos los continentes y que bregan por sus derechos. Puede ser, aunque muchas veces esas buenas intenciones queden en deseos.
Diego marcó su gol inmortal contra Inglaterra bajo el abrasador calor de México en 1986.
Diego y sus pares se quejaron en aquella oportunidad, entre muchas cuestiones, de los horarios en que se jugaban algunos partidos como, por ejemplo, los recordados de México 86, ese Mundial que lo haría pasar a la historia a él y al Seleccionado argentino. Fue inhumano. En aquella Copa del Mundo los encuentros iban al mediodía, bajo temperaturas insoportables para los protagonistas, pero muy provechosas para la televisación hacia el resto del planeta.
Qatar 2022 fue el colmo. El Mundial que más felices nos hizo, se jugó en diciembre, por primera y única vez, se supone. El próximo, el 2026 que tendrá lugar en México, Estados Unidos y Canadá, volverá a junio, como ocurrió siempre, desde Uruguay 1930. El hecho de haberse jugado a fin de año porque a mediados habría sido imposible por el calor, obligó a que los jugadores no tuvieran descanso entre las competencias que disputaban para sus clubes. Los tomó, a muchos, en medio de los campeonatos que estaban protagonizando. Debieron cortar las competencias de cuajo para ir al Mundial y volver corriendo a los torneos de turno. Esa locura sin precedentes provocó un sin fin de lesionados. Antes, durante y después de la Copa. Los más afortunados pudieron jugarla, otros se lastimaron en medio de la gran competencia y, quizá los que peor la pasaron, se lesionaron no bien regresaron a sus ligas de origen. Imposible que no resultara de otra manera.
Esta semana Lionel Scaloni admitió con gesto adusto que está “preocupado” por el exigente calendario de las próximas Eliminatorias. “La verdad es que tenemos muy poco tiempo e intentamos pensar más en la recuperación que en los entrenamientos, porque al final lo único que queremos es que (los jugadores) rindan al máximo y no le podemos poner mucha carga”, explicó el DT, en medio de la fecha FIFA.
“Esto representa en sí mismo un contratiempo que hay que afrontar de la mejor manera”, agregó en una entrevista que le concedió, justamente, a la web de FIFPro. “Nos preocupa un montón”, aseguró Scaloni sobre el calendario que afrontarán a partir de septiembre, con el inicio del certamen clasificatorio para el Mundial 2026.
Lionel Scaloni está preocupado por el exigente calendario que impondrán las Eliminatorias para el Mundial 2026.
FIFPro, que parece ir perdiendo la pelea, hace tiempo que lucha por el descanso de los futbolistas y elaboró un informe retratando la problemática. Los seleccionados sudamericanos tendrán 18 partidos que se dividirán en nueve jornadas dobles.
“Cuando jugamos contra Venezuela de visitante, por ejemplo, no sólo está la carga del jugador del partido anterior, en Europa. No es sólo el viaje, sino que después el segundo partido tenes que volver a Buenos Aires. Son otras siete horas de vuelo. La verdad que es impensado que eso pueda mejorar porque, al final, los jugadores juegan todos en Europa y los partidos son los que hay”, señaló Scaloni.
Según el informe de FIFPro, Lautaro Martínez terminó la temporada 2022/23 con un total de 62 juegos ¡en siete competiciones diferentes! Y el 76% de los encuentros los disputó con menos de cinco días de descanso entre sí.
En 2021, el ex Racing jugó un partido del Seleccionado en Buenos Aires contra Perú y, apenas 38 horas y media después, disputó otro en Milán, para el Inter. Y otro caso testigo que aparece en el estudio es el de Enzo Fernández, quien de los 28 días de descanso recomendados entre temporadas… no gozó de ninguno.
Enzo Fernández y Lautaro Martínez llegaron a jugar casi sin descansar.
En julio de 2022 jugó la Copa Libertadores con River y luego fue vendido al Benfica, de Portugal, donde debutó a los ocho días. Tras consagrarse en el Mundial de Qatar, fue transferido a Chelsea, de Inglaterra, y su estreno se dio 12 días después de haber ganado la final en Medio Oriente.
Scaloni opinó que será fundamental que los futbolistas puedan unirse para ponerle un freno a esta exigencia. “Son los actores principales”, dijo. Lo mismo decía Diego hace casi 30 años.
Fuente: La Prensa