El kirchnerismo aprobó en la Cámara Alta el pliego de Figueroa
El oficialismo desafió el fallo de la Corte que la había declarado cesante. En una votación dramática, a la que Cristina Kirchner no asistió y que debió ser desempatada por la presidenta provisional del cuerpo, el FdeT abrió la puerta a un conflicto de poderes con la Justicia.
La mayoría kirchnerista del Senado consiguió aprobar la continuidad de Ana María Figueroa como miembro de la Cámara de Casación Penal sobre quien la Corte Suprema de Justicia dictaminó que había cesado en sus funciones el 9 de agosto último, al cumplir 75 años de edad.
El Frente de Todos logró ese objetivo con el voto doble de la presidenta provisional del cuerpo, la santiagueña Claudia Ledesma Abdala de Zamora, que desempató una votación que había terminado con 35 votos kirchneristas a favor y 35 de Juntos por el Cambio en contra.
Hubo dos ausentes, la misionera proficialista Magdalena Solari Yrigoyen y la aliada de JxC, Lucila Crexell. Votaron en contra de la continuidad en el cargo de la ex magistrada los peronistas disidentes Carlos Espínola y Alejandra Vigo. También lo hizo Alberto Weretilneck de Juntos somos Río Negro, habitualmente aliado del kirchnerismo.
La decisión de avanzar con el pliego cuestionadoe provocó duras críticas de la oposición, especialmente dirigidas a Cristina Kirchner, que abrió la sesión y antes de que empezase el debate cedió el estrado de la presidencia de la Cámara a la presidenta provisional, cónyuge de gobernador Gerardo Zamora.
Con esa maniobra se evitó tener que desempatar una votación que se veía venir como muy ajustada.
El que anticipó la jugada fue el presidente del interbloque de Juntos por el Cambio, Alfredo Cornejo, que reclamó su presencia en el recinto para hacerse cargo de lo que considero una “salvajada” institucional. Las acusaciones del legislador mendocino levantaron una ola de protestas desde las bancas del kirchnerismo que le respondió a los gritos.
Además de las objeciones constitucionales al pliego de la ex camarista, la oposición planteó en el debate críticas no sólo a Cristina Kirchner, sino también al gobierno por la crisis económica, el crecimiento de la pobreza y la ola inflacionaria.
La decisión de impulsar a la magistrada fue considerada asimismo por varios oradores de Juntos por el Cambio como una prioridad “de la agenda de impunidad de Cristina Kirchner”.
La designación de Figueroa fue aprobada junto con pliegos de otros 33 de jueces, fiscales y defensores de diversos fueros y jurisdicciones.
La oficialista Anabel Fernández Sagasti defendió la posición kircherista alegando que, al cesar a Figueroa, la Corte se había “entrometido” en prerrogativas del Senado, argumento repetido por la totalidad de los miembros de su bloque. Otro argumento común al kirchnerismo fue el de que la oposición a la jueza provenía de factores de poder económico. La ultra “K” Juliana Di Tullio les puso apellido: Magnetto y Saguier.
En respuesta la porteña Guadalupe Tagliaferri opinó que el planteo del oficialismo era “ridículo y sin sentido” y afectaba la seguridad jurídica. Por otra parte calificó a los peronistas de “extremadamente miopes al desafiar un fallo de l Corte”.
A su turno Luis Juez dijo de Figueroa que “Esa mujer no va a volver a su despacho, no va a fallar, no tiene estado judicial”. “Necesitamos reglas de juego –sostuvo–. El precedente de seguir violando las instituciones es delicado, porque Figueroa perdió su status de jueza de la nación”.
El resto de los oradores de la oposición señalaron a Cristina Kirchner como la principal interesada para que Figueroa actúe en sus causas judiciales.
En ese sentido el discurso más directo fue el de la mendocina Mariana Juri: “Esta es la foto de fin de ciclo que mejor refleja al kirchnerismo. Esta sesión tiene un único fin: salvar a Cristina de la cárcel”.
Fuente: La Prensa