Estudiantes y San Lorenzo empataron y el resultado le sirvió a un River que manda más cómodo

Para los dos era una final. Una final si, en realidad, soñaban con ir a la caza de River. La punta no estaba tan lejos antes del partido pero, la condición, era ganar, sumar de a tres. No ganó ninguno. Ni siquiera con un penal en el último minuto. Lo tuvo Estudiantes pero Batalla le ganó el duelo a Rolleheiser. Y el empate los condenó, los dejó más lejos del Millonario.

El primer capítulo fue parejo. Y a tono con lo que suelen ser los partidos que juega el Ciclón. Mucho orden, presión, buenas coberturas y… casi ninguna situación de riesgo. No es novedad, Rubén Insua le dio un estilo y mucho puntos a su equipo, pero le falta gol. Ojo, tampoco es una crítica para el DT que, al cabo, hizo mucho con lo que tiene y, encima, ya sabe que va a tener menos en poco tiempo (fue el último partido de Andrés Vombergar y Federico Gattoni se irá a fin de mes, ver aparte).

Con ese panorama, medirse con el Pincha, en La Plata, no resultaba una tarea sencilla ni mucho menos. Y por eso no fue raro que, casi sin poder atacarse en serio, se fueran al descanso con el local en ganador. Fue, eso sí, gracias al golazo que embocó Ascacibar desde fuera del área. Un misil que Batalla vio pasar sin poder pestañar.

Así se fueron al descanso, con el dueño de casa en ganador y con San Lorenzo viendo la cima cada vez más lejos. Pero cuando volvieron de los camarines, el Ciclón acertó el empate. Un error de Andújar, la aparición oportuna de Bareiro, la empujó al 1-1.

El final resultó de lo mejor porque los dos sabían que, con un punto, no les alcanzaba. La igualdad tenía cierto sabor a derrota, no había caso, por más digan que siempre es mejor empatar que perder. Verdad de Pergorullo si las hay pero cuando no sirve, no sirve.

Sin embargo, San Lorenzo, fiel a su estilo, no se desesperó. No fue ciego ni mucho menos. Siguió confiando en que alguna oportunidad podía llegar a tener. Y Estudiantes tampoco se hizo mucho pero… en el el último suspiro tuvo un penal. Hubo suspenso, VAR y ejecución de Rollheiser que atajó de maravillas Batalla. Y empate inamovible. Así, el único que sonrió fue River. Que mañana jugará frente a Instituto y, si gana…