Más de 80 muertos en una estampida en un centro de ayuda en la capital de Yemen
Al menos 85 personas murieron hoy y cientos resultaron heridas en una estampida en un centro de distribución de ayuda en la capital de Yemen, en momentos en que se iniciaba una entrega de asistencia por la fiesta islámica del Ramadán, una de las peores tragedias en el empobrecido país golpeado por la guerra civil.
La estampida ocurrió justo cuando el empobrecido país de la península Arábiga empieza a vislumbrar el fin de su prolongada guerra civil de ocho años entre el movimiento rebelde de los hutíes y el Gobierno, que está apoyado militarmente por Arabia Saudita.
Un responsable de seguridad de los hutíes dijo que 85 personas murieron y al menos 322 resultaron heridas en la avalancha en el distrito de Bab al Yemen de Sanaá, en la parte vieja de la capital, informó la agencia de noticias AFP.
“Hay mujeres y niños entre los muertos”, dijo el responsable, que pidió no se identificado por no estar autorizado a hablar con la prensa.
La avalancha se produjo en un colegio donde se repartía ayuda financiera de 5.000 riales yemeníes por persona -unos 8 dólares-, lo que había congregado a una multitud, algo habitual durante el Ramadán, el mes sagrado en el que los musulmanes ayunan entre la salida y la puesta del sol, y que termina esta semana.
El acto había sido organizado por comerciantes de la zona. Sanaá se encuentra controlada por los hutíes.
Tras el incidente, familias de los afectados se precipitaron a los hospitales, pero muchos no pudieron entrar porque había altos cargos hutíes visitando a víctimas.
Las fuerzas de seguridad se desplegaron en el lugar del suceso e impedían el paso de las personas que se acercaban para encontrar a sus familiares.
La TV hutí Al Masirah difundió imágenes desgarradoras de una multitud de personas apretadas unas con otras mientras intentaban trepar por encima del resto para salir de la aglomeración.
Otras imágenes mostraban los cadáveres en el suelo en medio del pánico.
Posteriormente, el sitio quedó cubierto de pilas de sandalias abandonadas, ropa y una muleta, mientras agentes policiales recogían evidencia.
Se investiga si la tragedia se desencadenó por disparos al aire de los milicianos hutíes que controlaban a la multitud, luego que testigos aseguraran que los hechos se iniciaron tras escucharse sonidos de balas.
El jefe del Comité Supremo Revolucionario de los hutíes, Mohamed Ali al Huthi, atribuyó la estampida a la “aglomeración”.
El jefe policial rebelde Mahdi al Mashat dijo que se había formado una comisión para investigar los hechos.
Tres personas fueron detenidas por el incidente ocurrido en Sanaá, dijo el jefe policial.
Desde hace más de ocho años, el país está devastado por la guerra entre los rebeldes hutíes, respaldados políticamente por Irán, y las fuerzas gubernamentales apoyadas por una coalición militar encabezada por Arabia Saudita.
El conflicto empezó en 2014 cuando los rebeldes hutíes tomaron la capital.
Un año después, la coalición liderada por Arabia Saudita intervino para respaldar al gobierno reconocido internacionalmente.
En esta nación, la más pobre de la península Arábiga y golpeada por la larga guerra, cientos de miles de personas han muerto directa o indirectamente, y millones están al borde de la hambruna.
Más de dos tercios de su población vive por debajo del umbral de la pobreza, según la ONU, incluso empleados gubernamentales en zonas rebeldes no han recibido sus sueldos de funcionarios durante años.
Además, 21,7 millones de personas, lo que equivale a dos tercios de la población, necesita asistencia humanitaria este año, de acuerdo a Naciones Unidas.
Pero hay un impulso creciente para una tregua y un diálogo de paz, luego de que funcionarios sauditas conversaron la semana pasada con responsables hutíes, luego de que los rivales regionales Arabia Saudita e Irán normalizaran sus relaciones diplomáticas.
Los combates decayeron significativamente desde que el año pasado la ONU consiguió cerrar una tregua de seis meses. La calma se mantiene a pesar de que el pacto expiró en octubre.
Fuente: La Prensa