El Día Negro del Credit Suisse: perdió el 24% de su valor
El banco Credit Suisse vivió este miércoles su día más negro y sufrió el mayor castigo bursátil en 167 años de historia, arrastrado por una desconfianza generalizada en el sector bancario tras la quiebra de tres entidades en Estados Unidos, situación que lo ha encontrado debilitado por sus pésimos resultados y varios escándalos. A última hora, el gobierno suizo prometió rescatar a la entidad si es necesario.
De hecho, los analistas financieros en Suiza consideran que la atmósfera de pánico que dominó ayer -con repercusiones globales y particularmente en Europa- fue excesiva, ya que el segundo banco del país helvético tiene características que lo diferencian fundamentalmente de los bancos regionales estadounidenses en bancarrota.
Pese a ello, el banco vivió una pesadilla en la Bolsa de Valores de Zúrich, donde cotiza, y sus acciones llegaron a perder el 30 % de su valor para luego subir ligeramente y cerrar con un caída del 24 %, lo que ha situado el precio del título en 1,7 francos suizos (1,74 euros), cuando jamás habían estado por debajo de los 2 francos.
En el contexto de la crisis financiera de 2008, el banco fue clasificado “de importancia sistémica” (too big to fail) para la economía suiza, lo que significó la imposición de una serie de regulaciones muy estrictas en materia de fondos propios y de nivel de liquidez, con los que está al día.
Al mismo tiempo, la legislación actual le garantiza sea una estabilización, el saneamiento o una liquidación ordenada en caso de dificultades extremas, una lección que se sacó de la crisis de 2008, cuando el Estado suizo y el Banco Nacional Suizo tuvieron que rescatar al banco UBS, el más importante del país por valor de mercado.
En Europa, las exigencias reglamentarias son en general mucho más elevadas que en EEUU, donde el Gobierno de Barack Obama las reforzó tras la debacle de su banca, pero luego volvieron a relajarse durante la presidencia de Donald Trump.
Debilitado por sus resultados decepcionantes y su incapacidad de recuperar la confianza perdida, Credit Suisse ha sido hasta ahora la principal víctima fuera de Estados Unidos del terremoto que ha supuesto para su sistema bancario global el cierre de los tres bancos, entre ellos el de predilección de las pujantes y jóvenes empresas tecnológicas estadounidenses.
Para Credit Suisse, el peor golpe del día provino de su principal accionista, el Banco Nacional Saudí, que tras señalar que estaba satisfecho por las medidas del banco para resanar sus cuentas y retomar el rumbo del crecimiento, aclaró que no está dispuesto a aumentar su inversión actual en la entidad financiera suiza, que es del 9,88 % de su accionariado.
El presidente de la entidad inversora dijo a Bloomberg que ésta no está dispuesta a entrar en un nuevo sistema de regulación (tanto de ámbito suizo, de la Unión Europea y de la propia Arabia Saudí) que se activaría si superara el 10 % de participación.
Este comentario hundió de inmediato las acciones del banco.
La semana de la entidad suiza había empezado con la caída de su cotización nada más conocerse lo que ocurría en EEUU y el martes no le fue mejor, tras la publicación de su informe anual, en el que se admitía que se había detectado “fragilidad” en sus controles internos.
Ayer la bajada a los infiernos continuó para el banco, atacado en el mercado por la pérdida de confianza, el valor más preciado para una entidad financiera de esta naturaleza.
¿ALCANZARA?
A última hora, el Banco Nacional de Suiza (BNS) dijo hoy que de ser necesario proveerá de liquidez a Credit Suisse, pero aseguró que este banco cumple con los estrictos requisitos de liquidez y capital que se les exige a todas las entidades financieras suizas para garantizar su estabilidad.
El banco había solicitado al BNS y a la Autoridad Suiza de Supervisión del Mercado Financiero (FINMA) que hicieran una declaración firme de apoyo para calmar los mercados.
Ambas instituciones emitieron un comunicado conjunto señalando que a pesar de los problemas del sector financiero en Estados Unidos “no hay indicios que apunten a un riesgo de contagio para las entidades suizas”.
“Las regulaciones en Suiza exigen que todos los bancos mantengan un margen de capital y liquidez que iguale o exceda el mínimo de requerimientos de los estándares de Basilea”, que son las medidas internacionales para cuantificar de forma comparable los riesgos bancarios.
Los bancos de importancia sistémica tienen que cumplir criterios todavía más elevados, “lo que permite que se absorban los efectos negativos de crisis mayores”, indicaron.
PANICO BURSATIL
Las grandes bolsas europeas vivieron otro episodio de pánico con el sector financiero como protagonista, el segundo en esta semana. Milán ha caído el 4,61 %, Madrid, el 4,37 %; Londres, 3,83 %; París, el 3,58 %; Fráncfort, el 3,27 %; y el índice Euro Stoxx 50, que agrupa a las mayores cotizadas, el 3,46 %. Son los mayores descensos en lo que va de año en todos los casos.
Desde el lunes las caídas ascienden a alrededor del 5 %, aunque en 2023 todavía acumulan ganancias en torno al 6 %, menos Londres, que cae el 1,4 % respecto al inicio de año.
Además de la crisis bancaria, continúa la preocupación sobre el nivel que alcanzarán las tasas de interés, tanto en la eurozona como en Estados Unidos, a la vista de que la inflación se reduce más despacio de lo previsto y las economías y los mercados laborales siguen fuertes.
Francia ha revisado hoy al alza (una décima más) el IPC de febrero respecto al dato adelantado hace dos semanas y el indicador de precios al por mayor de Alemania de febrero, si bien ha ralentizado su avance, ha subido el 8,9 % interanual.
El Banco Central Europeo (BCE) se reúne y los analistas descuentan una subida de 50 puntos básicos, tal como ha señalado en varias ocasiones su presidenta, Christine Lagarde.
El oro, valor refugio clásico, ha continuado al alza y poco antes de cerrar las bolsas en Europa avanzaba el 1,5 %, hasta 1.934 dólares la onza. El euro perdió el 1,8 % y se cambiaba a 1,0539 dólares.
Fuente: La Prensa