Un hombre entró por la ventana a la casa de su ex para revisarle el celular y ella lo mató a puñaladas
La policía Gisela Erika Giménez había denunciado tres veces a Nahuel Ezequiel Cruz, quien tenía vigente una orden judicial de restricción de acercamiento.
Un joven ingresó a la casa de su expareja por la ventana para revisarle el celular y ella lo mató a puñaladas. El crimen ocurrió en una vivienda de la localidad de Rafael Castillo (Buenos Aires), la misma en la que solían vivir.
Durante las primeras horas de este sábado, Nahuel Ezequiel Cruz (29) fue en busca del teléfono de Gisela Erika Giménez (35). Sin embargo, ella se resistió a dárselo y comenzó una pelea que terminó con Cruz asesinado a cuchillazos en el piso de la cocina.
En estas horas todavía se espera el resultado de la autopsia para esclarecer el hecho. Sin embargo, el fiscal Gastón Duplaá consideró que se trató de un “homicidio en legítima defensa” y la mujer quedó en libertad.
Una relación conflictiva desde hace tiempo
La primera denuncia fue en junio, cuando por la noche el hombre entró al domicilio para robarse el celular y escapar. La mujerLos vecinos declararon que los gritos, los golpes y las peleas eran constantes en esa vivienda. Ante la nueva denuncia y por protocolo, a la oficial le quitaron el arma reglamentaria y le dieron licencia médica.
Nueve días después, el lunes 13 de febrero el hombre regresó a la casa y otra vez intentó revisarle el celular. Nahuel revolvió todos los muebles y como no lo encontró, le robó dinero de una billetera, según declaró la policía.
El dolor de la familia de Nahuel Ezequiel Cruz
La muerte del hombre, conocido como “Keki”, provocó el dolor de sus familiares y amigos, quienes ahora se quejan por la decisión del fiscal de liberar a Giménez.
“Esta es la policía que mató a Keki. Vivían juntos y Nahuel era la única persona que tenías, le pagabas el alquiler, comida, etc. El único que te llevó a las curaciones y estuvo en todo tu accidente. El único que no te dejó sola, el único que de verdad quisiste y mirá cómo le pagaste. Que se haga justicia, que esto no quede en la nada. Que se sepa que lo que dicen es mentira”, publicó en sus redes sociales Hugo, uno de los amigos del joven asesinado.
En este sentido, reprochó: “Lo volviste loco, lo denigraste por ser como era. No supiste valorar lo que el pibe hacía por vos… Hiciste las mil y una para alejarlo de su familia y amigos, te cansaste de volverlo loco y cuando ya no te servía, le sacaste la vida”., que cumplía funciones en la Unidad de Policía de Prevención Local (UPPL) de La Matanza, lo corrió para recuperarlo.
Cuando lo alcanzó, Nahuel le pegó trompadas en la cara, la agarró del cuello y le quitó las llaves del departamento y el dinero, además del teléfono. Cuando Gisela intentó regresar a su casa, el agresor la corrió.
Ella relató a las autoridades que él siguió pegándole, escupiéndola y hasta le tiró un balde con agua. Entonces, el conductor de un auto ayudó a que se detuviera: “Me mandaste a la gorra”, le reprochó Cruz y luego se escapó.
Esa agresión terminó con una denuncia y una restricción de acercamiento que nunca se cumplió. Gisela, después algunas idas y vueltas en la relación, decidió volver con él y así ponerle fin a la violencia.
El 4 de febrero, Nahuel llegó a la casa de Gisela y le reclamó, otra vez, revisarle el celular. La mujer policía se negó hasta esconder su teléfono dentro del chaleco antibalas que usaba para trabajar.
La mujer logró que se fuera a dormir a la cama que compartían pero, siempre según su relato, él no quiso que fuera a trabajar. Por la mañana, volvieron los forcejeos y las peleas. El hombre hasta la amenazó con robarle a su perro si se iba, por lo que comenzaron otra vez las agresiones físicas.