La utopía de la ruptura oxigenada por la Corte Suprema

La Suprema Corte de Justicia acaba de darle un elemento clave a lo que definimos, en su momento, como la utopía de la ruptura. Los deseos fervorosos de desafiar la conducción de Cristina Kirchner con el argumento del cansancio al destrato o imposiciones de La Cámpora, encuentran un freno. Una pausa.  El obligado reseteo de la política argentina tiene su punto sobresaliente en el peronismo que asiste, una vez más, a un momento donde la épica suele imponerse sobre las bases reales de verdades concretas. Como en toda opción de fe, lo que vale es lo que se cree o siente y no tanto lo que se puede palpar. El peronismo es, antes que nada, un sentimiento. La forma en la qué mutará esa explosión, guiará los próximos pasos de la convulsionada escena que asoma.

Alguna vez, Alejandro Alvarez, jefe de Guardia de Hierro y padre del actual subsecretario de políticas universitarias de la Nación, me dijo: “para entender la vigencia del peronismo hay que buscar en los genes mismos de la Argentina. Así como muchas veces nos preguntamos por qué un niño actúa de determinada manera sin que nadie se lo haya enseñado, lo mismo pasa con el peronismo. Se transmite de generación en generación sin necesidad de explicarlo, porque está en el seno del pueblo”.

Aquellas palabras vuelven a esta crónica con insistencia para intentar entender el proceso que acaba de abrirse y que será dificultoso medir en términos de ganadores o perdedores. Cada sector podría encontrar activos y pasivos en el nuevo escenario histórico. Sí, es histórico por varias razones. La primera y fundamental se basa en ser la primera vez que un ex Presidente va preso con condena firme habiendo atravesado todas las instancias. Distinto a los casos más recientes como el de Carlos Menem o más lejos en el tiempo de María Martínez de Perón. En ninguno de ellos, la Corte procedió a confirmar la pena. Es desde ese lugar que se contrapone la discusión sobre el término proscripción. No vale la pena, al menos en estas líneas, ingresar en una controversia jurídica porque la reacción política va más allá. Y, aunque la evidencia de la prueba esté expuesta brutalmente, habrá quienes nunca la aceptarán. De vuelta, es una cuestión de fe.

El problema es más profundo aún y se trata de la crisis de representación que se aceleró de una manera tal donde todo es cuestionado sin apelar a la razón: Políticos, empresarios, periodistas, jueces o fiscales. No en la misma dimensión, es cierto. Por estas horas, son muchos los políticos que se preguntan hasta cuándo le darán más poder a quienes luego irán por ellos. Reflexiones de estas horas.
Utopía de la ruptura, capítulo II

El lógico aturdimiento por la determinación judicial que provocó, incluso en las huestes del oficialismo, generan las primeras especulaciones sobre los tiempos que vienen. Si bien antes de saber que iría presa Cristina Kirchner hizo gestos para abordar un camino de unidad con Axel Kicillof y Sergio Massa, ahora esa opción asoma como inevitable.  Lo que llamamos en su momento el otro “triangulo de hierro” en la política argentina quedó aún más sellado. El gobernador se mostró cerca de Cristina Kirchner y mandó a poner en pausa los próximos actos de su movimiento “Derecho al Futuro”. Los intendentes que lo empujaban a la soberanía, decidieron movilizarse en apoyo a la ex Presidente. Y hasta postear leyendas de condena a la “proscripción”. Casos como el de Mario Ishii, muy crítico de Máximo Kirchner, haciendo llegar un rosario a Cristina describen este momento con verdadera exactitud.

Lo mismo hizo Sergio Massa que, a diferencia de Kicillof, siempre fue promotor de la unidad. No sólo se hizo presente en la sede del PJ nacional sino que su cuñado Sebastián Galmarini esbozó con claridad la postura del Frente Renovador. “Este expediente es un papelón jurídico por tres razones fundamentales. Rompe un principio del derecho de responsabilidad objetiva, nunca se realizaron todas las pruebas y la Corte se excusa en un tecnicismo jurídico con una velocidad desconocida y llamativa para un caso de gravedad institucional como este. Nunca son buenas las soluciones judiciales a problemas políticos en democracia”.

En tanto, Galmarini sostuvo cuáles son los pasos a seguir según su mirada y afirmó que “con serenidad y seriedad en organizarnos y construir una estrategia para ganarle a este gobierno y sus aliados en las elecciones de este año, y terminar con este desgobierno de Milei en 2027. Sin dudas es con unidad, pero además con otros recursos que hay que trabajar”.

La fecha de las elecciones bonaerenses también ingresaron en el terreno de la disputa una vez más. El desdoblamiento que decidió el gobernador Kicillof no era compartido por Cristina Kirchner y ya la semana pasada un grupo de intendentes comenzaron una maniobra para pedirle al gobernador que revea la determinación. Hasta ese entonces argumentaba las dificultades que podrían encontrar para que la gente se movilice a votar en un clima adverso. Conocedores como pocos del clima en sus tierras, los alcaldes del conurbano saben que son pocos los elementos que tenían para seducir a sus votantes. Ahora, la justicia les dio un elemento nuevo. Pero no habrá que confundirse.

El miércoles a la mañana, la vida en el Conurbano bonaerense no distaba mucho de lo que eran los días anteriores. Lo único que se multiplica en serio son las promociones en los locales de barrio porque el consumo se ha desplomado. Es probable que en esos aspectos encuentren un punto de apoyo para la reacción popular más que la condena judicial.

Ahora, con este nuevo escenario, la discusión volvió a tener sentido. ¿Sirve votar antes? Tema de debate que, por ahora, Kicillof afirma que no tiene pensado modificar.

Otro desafío que asoma lo tienen quienes piensan armar una alternativa entre la Libertad Avanza y el Kirchnerismo. Dudas sobre si el margen para esa construcción posee aún terreno para avanzar. Las caras visibles del proyecto salieron, en su mayoría, a repudiar la decisión de la justicia y utilizaron el término proscripción.

Aún condenada, Cristina Kirchner ha sido revitalizada. Hasta el martes le costaba cada vez más imponer su voluntad. Los desafíos internos eran moneda corriente y salvo en el conurbano su apoyo se había reducido notoriamente. Se encaminaba a una elección donde hasta los propios dudaban que la pudiera ganar con holgura. Los denostados cortesanos le evitaron quizá, chocar de frente contra una realidad que se negaban a ver. Y, al mismo tiempo, pusieron pausa a los intentos emancipadores en el peronismo. Debe quedar claro, es sólo una pausa. La palabra de Cristina Kirchner tendrá ahora otra potencia, pero las internas resurgirán. Es cuestión de tiempo.

El espejo de Lula en Brasil ha sido una ensoñación de la ex Presidente en su idea de volver a gobernar el país. Era tan cierto ese pensamiento que preparó un operativo para medir cómo impactaría en las redes sociales ponerse en el lugar de contraparte del gobierno de Javier Milei. No sólo lo hizo operativo sino que buscó quienes se lo pudieran financiar. La ilusión de tener un propio 17 de octubre no se le niega a nadie.

FUENTE : LA PRENSA