El 20 de diciembre de 2012 no tuvo un festejo común y corriente Kylian Mbappé. Ese día el francés celebró su cumpleaños número 14 sentado en las gradas del Santiago Bernabéu, viendo al Real Madrid empatar frente al Espanyol en dos goles, por La Liga de España. El jovencito fue acompañado por sus padres (Wilfried Mbappé Lottin y Fayza Lamari). Desde entonces los caminos del Merengue y Mbappé estaban destinados a cruzarse, aunque ese primer encuentro no fue producto del azar: resultó, en realidad, un ardid de Zinedine Zidane, quien lo había invitado junto con su familia a la cancha, a sabiendas del diamante en bruto que era el chico y a quien quería seducir con el glamour de la escena en vivo.

A principios de esta semana, la noticia de la confirmación del pase del siglo sacudió el mundo del fútbol. Después de años y años de coqueteos, medios madrileños confirmaron que el crack, el mejor futbolista del momento (aunque para algunos pocos este punto pueda ser materia de discusión), ya firmó un contrato que lo unirá a la Casa Blanca desde mediados de año. Antes, Mbappé deberá cerrar su ciclo con París Saint Germain, el club que pagó en agosto de 2017 por su ficha 180 millones de euros al Mónaco. Había sido, la entidad del Principado francés, el primer equipo que eligió Donatello, según el mote cariñoso que recibió la estrella en ciernes luego de su aparición en el vestuario del PSG, por su parecido a una de las simpáticas tortugas ninjas.

Los primeros gritos de gol se produjeron con la camiseta del Mónaco.

Real Madrid siempre estuvo tras los pasos del delantero campeón del mundo con Francia en 2018 y subcampeón ecuménico en Qatar 2022, cuando hizo sufrir al Seleccionado de Lionel Scaloni en la que, para muchos, resultó la mejor final de la historia de los Mundiales, en gran parte, ¡gracias a sus cuatro goles! (dos en tiempo reglamentario, uno en el alargue y otro en la definición por penales). El equipo de la capital española lo quiso contratar desde que Zizou lo descubrió hace más de doce años. Incluso, hasta llegó a probarse en Valdebebas, la ciudad deportiva en la que se inician los juveniles de la cantera del Madrid. Y los deslumbró a todos. Pero… Kylian, aquel adolescente que asomaba su nariz chata al planeta fútbol, eligió criarse en su Francia natal. Prefirió ir creciendo dentro de la cancha cerca de sus afectos y esperar el momento adecuado para llegar, por fin, al club con el que soñaba desde chico viendo al gran Cristiano Ronaldo, su ídolo de toda la vida.

Mbappé quería jugar en Real Madrid. Y Real Madrid quería que Mbappé se transformara en un galáctico. Pero había que esperar.

Por entonces no solo lo buscaban desde Madrid. Su juego explosivo, talentoso, goleador y decisivo, llamaba la atención de casi todos los grandes clubes de Europa. Incluso visitó las instalaciones de otros equipos (uno de ellos fue el Chelsea, de Inglaterra) y se probó con pibes de su edad en distintos sitios del Viejo Continente. Pero ni siquiera el plan maestro de Zinedine lo pudo convencer de dejar Francia en aquellos comienzos. Y un día Mbappé debutó como profesional en la Primera del Mónaco, a los 16 años. Fue el 2 de diciembre de 2015. Recién después de dos temporadas allí, en las que marcó 27 goles, en 2018 aparecieron los irresistibles capitales árabes del PSG. Y el crack tuvo su primera gran mudanza, pero siempre dentro de territorio francés.

Zinedine Zidane siempre buscó que los caminos de Mbappé y Real Madrid se cruzaran.

Cuenta la historia que Florentino Pérez, el todopoderoso presidente de Real Madrid, le ofreció en 2021 al PSG los mismos 180 millones que habían invertido en el jugador que estaba a punto de no renovar su contrato. Con lo cual, la entidad de la capital gala corría el riesgo de quedarse con las manos vacías si Mbappé no avanzaba, opción que tenía a su favor. Pero desde Francia la respuesta fue negativa. El delantero amagó con pegar el portazo pero quedó un haz de luz y los qataríes subieron más petrodólares a la mesa para retener al campeón. Florentino se quedó con la sangre en el ojo.

La paciencia de los españoles dio frutos. Pasaron los años y Mbappé sintió, ahora, que su tiempo en PSG se cumplió. Ya sin Neymar ni Lionel Messi en esa delantera de fantasía que no alcanzó para conquistar la Champions, decidió que era hora de cambiar de aires pese a la última intentona de los parisinos por retenerlo y de que, ahora Florentino, hasta se puede darse el lujo de ofrecerle un contrato menor al que le había mostrado tres años atrás. Claro que eso no es nada comparando con los millones de euros que se sabe generará la nueva estrella de Real Madrid apenas luzca su nueva camiseta blanca. No todo pasa por el salario en estos casos. La mensualidad del contratado se dispara con los negocios que van surgiendo alrededor de la figura. Un ejemplo basta: ¿cuántas camisetas de Mbappé se van vender en la Tierra, luego de su presentación en Real Madrid?

Fuente: La Prensa