Estudiantes le ganó la final de la Copa Argentina a Defensa y se clasificó a la Libertadores

Hubo fiesta en La Plata. Estudiantes gritó fuerte, gritó campeón. Una Copa más, la Copa Argentina. Una que no tenía en sus pobladas vitrinas. Se la ganó a Defensa y Justicia en una final peleada, ajustada, 1-0, con gol de Guido Carrilo y, como yapa, se clasificó a la Libertadores del año próximo.
Estudiantes y Defensa hicieron honor a la final. Como todo partido decisivo, en los que se juega por un título, hubo nervios y confusión. Pero el Pincha y el Halcón no se guardaron nada. De entrada salieron a mostrar que querían la gloria. Que no les alcanzaba con hacer un buen papel. Que la idea era ir por todo. Y por eso reglaron un gran comienzo, pese a que no pudieron lastimarse en la red en ese entretenido primer tiempo.

Las acciones de riesgo llegaron enseguida. A los cinco minutos un despeje de Zaid Romero contra el arco del propio Mariano Andújar hizo que le pelota diera en el travesaño. Y la respuesta de Estudiantes llegó en la siguiente jugada. Enrique Bologna le ahogó con todo el cuerpo el remate a quemarropa dentro del área a Franco Zapiola. Pintaba para partidazo.

Pero… tampoco pudieron escapar a los nervios, a las protestas, a las piernas fuertes. Cuando promediaba esa primera mitad hubo un lapso en el que los dos equipos se perdieron en la pelea y se olvidaron por un rato del juego hasta que volvieron a meterse en el partido y fue de ida y vuelta.
Tras el descanso, cuando Defensa empezaba a imponerse a poco, el que golpeó fue Estudiantes. Sosa lo habilitó a Godoy y el lateral llegó al fondo a pura potencia para sacar el centro que Carrillo convirtió en el 1-0. ¿Era justo? No del todo, pero el fútbol y, más aún las finales, son así. El Pincha empezaba a imponer su experiencia copera (por más que en este caso era doméstica la contienda).

El final fue con el Halcón jugado en ataque y Estudiantes administrando los tiempos y la pelota. Defensa quiso y dio pelea hasta el último minuto. Pero la Copa ya era del Pincha. Una más para sus vitrinas coperas. Una que le faltaba y que por eso festejó más. Después se desató la que fiesta que comenzó en Lanús y terminó de madrugada en La Plata.