“Chiquito” Romero se convirtió en superhéroe y llevó a Boca a las semifinales de la Copa Libertadores

El aire, en la noche de Avellaneda, se cortaba con un cuchillo. Racing y Boca se debatían por un sueño. La Copa Libertadores es la obsesión de todos. Y los penales, una tortura para los hinchas. Allí, después de otro pálido empate sin goles, el Xeneize pasó a semifinales de la Copa Libertadores. Sergio Chiquito Romero se volvió a convertir en héroe y le dio el pase a su equipo.

Como se suponía, el duelo volvió a ser un ajedrez viviente. Once piezas contra otras once que se movían al compás de un juego parejo, forzado, friccionado. Pero no aburrido. Si bien ese primer tiempo no contó con demasiadas acciones de riesgo, algunas hubo. Y en ese reparto la Academia contó con las dos más claras. La primera, cuando Romero (apenas adelantado) definió de zurda y la pelota dio en el palo. La segunda fue una entrada furibunda de Juanfer Quintero, quien pisó el área y conectó un centro atrás a la carrera. La pelota se fue besando el ángulo superior derecho del arco de Chiquito Romero.

En el medio Boca apostó a un planteo similar al que había mostrado siete días atrás en la Bombonera. Con cinco en el fondo pero esta vez con Merentiel en lugar del lesionado Barco. La diferencia fue que esta vez no se impuso en el control ni en los espacios. Apenas le empardó la pulseada al dueño de casa a la hora de la presión y por eso, por momentos, el duelo perdió brillo. Y por eso, también, se fueron al descanso empatando sin goles.

No cambió demasiado la ecuación en el complemento. A Racing le faltaba peso en ataque y Boca sentía que el peso del partido lo tenía el dueño de casa. Más cómodo, el equipo de Almirón (quien mandó a la cancha de entrada a Weigandt y Janson para tratar de modificar la leve supremacía de la Academia) se recostaba más atrás y trataba de amenazar a su rival con una contra.

Mientras, Cavani se las ingeniaba para asustar a los defensores locales con su presencia. Y Quintero fue desdibujándose pero Fernando Gago no se animaba a mover el banco. Ahí seguía sentado Roger Martínez inexplicablemente, más allá de que venía de un desgarro. Porque, si estaba ocupando un lugar entre los suplentes, se suponía que, al menos un rato, podía jugar. El colombiano ingresó sobre el final y no cambió la ecuación. Hubo penales nomás y Chiquito pasó de héroe a superhéroe.

LA SÍNTESIS

Racing 0 (1) – Boca 0 (4)

Racing: Gabriel Arias; Gastón Martirena, Leonardo Sigali, Gonzalo Piovi, Gabriel Rojas; Jonathan Gómez, Aníbal Moreno, Juan Nardoni, Juan Quintero; Agustín Ojeda, Maximiliano Romero. DT: Fernando Gago.

Boca: Sergio Romero; Luis Advíncula, Jorge Figal, Nicolás Valentini, Marcos Rojo, Frank Fabra; Cristian Medina, Guillermo Fernández, Ezequiel Fernández; Miguel Merentiel, Edinson Cavani. DT: Jorge Almirón.

Incidencias

Segundo tiempo: Marcelo Weigandt por Valentini (B); Lucas Janson por Merentiel (B); 15m Baltasar Rodríguez por Moreno (R); 32m Agustín Almendra por J. Gómez (R); 32m Gabriel Hauche por Ojeda (R); 40m Jorman Campuzano por Fernández (R); 41m Roger Martínez por Romero (R); 44m Exequiel Zeballos por Advíncula (B); 46m Marcelo Saracchi por Fabra (B).

Definición por penales: Para Boca convirtieron Zeballos, Janson, Cavani y Rojo. Para Racing: convirtió Quintero. Romero (B) atajó los remates de Piovi y Sigali

Amonestados: G. Rojas (R); Cavani y G. Fernández (B).

Estadio: Racing. Árbitro: Andrés Matonte, de Uruguay.

Fuente: La Prensa